10 de julio de 2024

10.VII.24

 El mundo invisible de los egipcios


Nota: esto no es una clase de egiptología, es sólo mi opinión personal y cómo yo entiendo los conceptos, según mis propias lecturas e investigaciones.


De un tiempo a esta parte he estado leyendo sobre los egipcios y su religión. Ellos estaban muy conscientes de que esta vida terrena es sólo una etapa en el tiempo cíclico (que se repite una y otra vez, es decir, nacimiento, crecimiento, muerte y renacimiento) ése que se refleja muy bien en los ciclos de la naturaleza, y tenían creencias y prácticas con que se preparaban para su definitiva consagración en la muerte, donde retornarían con los dioses. Pero para que eso se cumpliera, debían seguir los dictados de Maat, la diosa de la Verdad, el Equilibrio, la Justicia y el Orden. El corazón seria pesado en una balanza contra una pluma de Maat.

Las creencias egipcias decían que los dioses habían dejado a los humanos una fuerza mágica, el He-Ka, que era una ayuda para las dificultades de la vida terrena, que cada uno era responsable de desarrollar, en una constante evolución personal, de limpieza y renacimientos para acercarse a la Divinidad. Esta Divinidad era una parte del propio ser humano, es decir, la Divinidad no estaba "allá afuera" sino que la persona "formaba parte también" de la Divinidad, como un pequeño microcosmos. El objetivo era "transfigurarse" y llegar a ser como los Dioses. Por supuesto que eso se conseguiría totalmente en la prueba final, que era la muerte. La muerte no era un "fin de algo" sino que sólo un "portal", un cambio de estado para proseguir con la evolución ya en otra dimensión, en la dimensión de los dioses. 

Ese He-Ka estaba muy relacionado con las diferentes partes del ser humano, en especial con el Ka, la fuerza vital. Para los egipcios el ser humano se componía de: el cuerpo, el Nombre, las sombras, el Ka, el Ba y el Ach. Si el Ka era la fuerza vital, entonces uno se puede preguntar: de adonde proviene esa fuerza vital? La tiene entonces que generar el hombre con energías desde fuera, es decir: la respiración, el sueño y la alimentación. 

El Ba sería la energía que genera el hombre hacia afuera, es decir, las palabras y los actos. "La boca habla de lo que esta lleno el corazón".

El Ach es el "verdadero Ser" del hombre, es decir, esa Transfiguración que es el objetivo a alcanzar, la Luz. (y también se lo puede ver como un guía espiritual, un "Ángel"). Un hombre transfigurado, un Iniciado, pasa a ser un "Achu". El Achu es merecedor del Maat-Kheru, "la Palabra de la Verdad", el conocimiento junto con la experiencia y el entendimiento: en una palabra, la sabiduría. Esa sabiduría que no son conocimientos vacíos sino que son "experimentados" en carne propia y hacen evolucionar. El Achu tiene Poder sobre sí mismo, "su voz expresa Verdad".


"Conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses".


Bibliografia:

Christian Jacq, Das verborgene Wissen der Magier, Geheimnisse und Mythen im Alten Ägypten, 1999

Stephen Quirke, Altägyptische Religion, 1996

Fernand Schwarz, Das unsichtbare Ägypten, Die Kraft der Symbole, 2010





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