Una vuelta de tuerca (o cómo saber agradecer)
Dice Christian Bourit en su libro "Tu vida es un juego cuántico" que "la Gratitud nos pone en armonía con el Infinito". Es ya muy sabido que practicar el Agradecimiento eleva nuestra nivel de vibraciones y que según la Ley de las Semejanzas, atraemos más de aquello a lo cual le prestamos atención. Valorar las cosas, situaciones o personas favorables en nuestra vida es un ejercicio a todas luces positivo y enriquecedor. En los buenos momentos no parece difícil ser agradecido. Pero!!! ¿qué pasa en los malos momentos?
¿Cómo hacemos para ser agradecidos cuando pasamos por una mala racha, cuando estamos enfermos, perdemos el trabajo, tenemos problemas financieros, nos ha ocurrido una tragedia, hemos perdido a alguien o "simplemente" estamos viendo todo negro? Nos llega alguien en ese momento con la historia del "Agradecimiento", lo mandaríamos a volar de inmediato, ¿no es cierto?
Pues bien, aquí viene la vuelta de tuerca. O el momento "Aha". Distingamos primero lo siguiente: los eventos en sí son neutrales. Ni la Naturaleza ni la Vida están contra ti. Una parte de esos eventos pueden ser considerados "subjetivamente negativos". Ejemplo: Perder un empleo puede implicar la perdida de la seguridad financiera para uno, para otro puede ser una bendición porque odiaba ese trabajo y ahora se es libre para buscar otro. Esto quiere decir, cada persona interpreta un mismo hecho de una manera diferente.
Empero, pueden haber cosas que la mayoría de la gente consideraría negativa (y que por ningún motivo agradecería!), por ejemplo, perdida de un cercano o una catástrofe natural que lo afectara seriamente. Aquí viene el punto que, en ciertos casos, hay cosas que efectivamente son negativas. A primera y a segunda vista no se les encuentra el lado bueno, ¿qué se puede agradecer aquí entonces? La vuelta de tuerca es que no se trata de negar que ciertas cosas no están bien. Existen muchas cosas en el mundo que no están bien, y en la medida de lo posible, estamos llamados a mejorarlas. Pero en pocas de ellas tenemos influencia. Cuando como persona normal no tenemos casi ninguna influencia (por ejemplo, injusticia en la distribución de la riqueza), lo mas sano es "soltar" y no intoxicarse la mente. Saber esta diferencia es fundamental. ¿Puedo influir? Hacerlo. ¿No puedo influir? Soltarlo.
La vuelta de tuerca continúa así: a pesar de que quizás estemos en un momento de mala racha, siempre hay algo por lo que puedo estar agradecido. Por supuesto, no por lo malo. Pero sí por la inmensa cantidad de cosas buenas que todavía están ahí. ¿Alguien dijo "inmensas"? SÌ. Hay una gran cantidad de cosas buenas aún, lo que pasa es que no las vemos. Y no las vemos porque nos parecen "cosas obvias".
Aquí va mi lista de agradecimiento por aquello que "no vemos":
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